La música para los niños representa un gran estímulo para desarrollar sus habilidades y afinar sus capacidades.
A la vez tocar un instrumento musical tiene muchos beneficios para los pequeños. Se sabe que la música potencia la plasticidad del cerebro, por lo que se ha asociado con una mejor memoria visual, una mayor capacidad de atención y mejores habilidades espaciales.
Los mejores instrumentos infantiles
Por eso, es conveniente que los niños estén en contacto con la música lo antes posible y que les permitas explorar este universo a través de diferentes instrumentos musicales. Si se trata de un niño pequeño, lo más recomendable son los instrumentos de percusión y así contribuir con el buen desarrollo y crecimiento de los pequeños, a medida que vaya creciendo puedes ir incorporando otras opciones, como el piano o las trompetas.
En primer lugar, se debe tener en cuenta el tamaño del instrumento, que conviene que sea proporcional a la envergadura del menor. Conviene recordar que, cuando el niño es muy pequeño. Incluso cuando tenga ya una cierta edad, es posible que no se sienta muy cómodo con un violonchelo o un arpa.
Pero, además, hay algunos instrumentos musicales que, por sus características, sus posibilidades de juego o por la facilidad para su aprendizaje, resultan más aptos para los niños. Las opciones son extensas, pero a continuación se recogen cuatro propuestas para que el pequeño se inicie en el fascinante mundo de la música.
La importancia de la música para los niños
Se dice que la música es un potente desarrollador de la creatividad, la curiosidad y la inteligencia de los más pequeños.
El año 2009, The Journal of Neuroscience publicó un interesantísimo artículo titulado
El entrenamiento musical modula el desarrollo cerebral estructural (publicado originalmente en inglés como Musical Training Shapes Structural Brain Development).
Para esta investigación, los científicos observaron durante más de un año a dos grupos de niños de unos 6 años: el primer grupo tomaba clases de piano cada semana, mientras que el otro grupo no hacía estas clases.
Después de la observación, pudieron ver cambios cerebrales estructurales en los niños que practicaban algún instrumento musical infantil cada semana.
Estos cambios cerebrales se relacionan con mejoras en las habilidades motoras y auditivas.
En definitiva, concluyeron que el entrenamiento musical a largo plazo en los niños “es una experiencia intensa, multi sensorial y motora”. Una gran oportunidad para que nuestros niños desarrollen capacidades que, de más mayores, les costaría mucho esfuerzo conseguir.